Estas son algunas de las imágenes inolvidables que quedaron de la magnífica campaña que terminó en el título de 1995:

Matías Zuccheri en la patada ganadora del angustiante partido con el CASI. Una conversión que valía casi un campeonato.

Cristián Mendy en acción ante Champagnat, la tarde en la que Polilla García Munitis hizo cuatro tries. La presencia del ex puma fue fundamental en un equipo jerarquizado por su presencia.

La tarde de la consagración, con más de cinco mil personas en Gonnet. La Plata dominó a Olivos en todos los aspectos del juego y se fue derecho a la gloria.

La visita a Burzaco fue el quiebre de una campaña histórica. Esa tarde hubo que jugar con el temple con el que Orio tacklea a un rival en esta imagen. Un triunfazo festejado como nunca para dar el paso decisivo.

Un viaje vaya a saber a qué club para abrochar otro triunfo y construir la campaña monumental que se consolidó en la Bombonera de Gonnet para dar la ansiada vuela olímpica.

La defensa del campeón fue una cualidad destacadísima. Esta imagen del clásico ante Los Tilos, una de las victorias más cómodas del torneo, muestra a cinco jugadores sobre un rival. Era pelota recuperada y a cobrar en el ingoal rival.

Un festejo de canarios de tres generaciones: los históricos Chino y Pato Angaut, el increíble Cabezón Llanes y el goleador infalible, Mati Zuccheri.

La tarde inolvidable de Burzaco tuvo un protagonista excluyente: Julito Brolese. Ese día, el tercera línea fue capaz de creer más que nadie en que la victoria era posible: se llevó puesto medio equipo rival y anotó el try de la victoria y (casi) del campeonato.

Germán Llanes sufrió desde afuera la primera parte del campeonato por estar afectado a la preparación de Los Pumas para el Mundial de ese año. Cuando volvió, fue imparable y la gran fuente de obtención de pelotas en el line out. Temporada consagratoria de Mazzinger.

El festejo en el campo canario tenía varios significados: ganar el clásico, ser campeones en soledad y cerrar un año magnífico. Por eso se empezó a festejar dentro mismo de la cancha con un buen champagne.

La corrida interminable de Matías Zuccheri en la jugada del try que terminó de liquidar el pleito contra Olivos, la tarde la consagración. “Me acordé de Fefo que siempre esperaba el pique favorable”, dijo el goleador. “Ahí me empecé a sentir campeón”, dijo Pato Angaut.

El Chino y Pato Angaut dijeron que si salían campeones, se iban corriendo desde el Club hasta la Catedral. Y cumplieron. Acá el subcapitán recibiendo el reconocimiento de la gente. Pasaron por el tradicional Costa Azul para tomarse un champagne y seguir…